16 de julio de 2022

Francisco Torres Monreal, te guardaré el secreto por Juana J. Marín Saura. La Verdad 2/07/2022



FRANCISCO TORRES MONREAL, TE GUARDARÉ EL SECRETO

Tal vez el empeño, la heroicidad, o el ahínco, le han llevado al profesor Francisco Torres Monreal (1943 Ribera de Molina-Murcia) a trabajar durante  treinta años en su libro titulado ‘Estancias y reencuentros’. Edición cuidadisima de Libros del Innombrable, en la que se agradece la claridad que irradia la cubierta, con una acertada y leve ilustración, de Mª Teresa T. Ramos.

Ante nosotros, una variadisima selección de poemas y textos poéticos inéditos. Ocho partes forman el conjunto del libro: “En la Grecia eterna”,“Con Notre-Dame”, “La bahía cercada por los montes”,“Variaciones sobre un reencuentro fugaz en el monasterio”, “Estancia en Auschwitz”,“La aldea reencontrada”,“La estancia confinada” y “En el jardín de Baudelaire”Casualidad o no, el número ocho que representa la disciplina, la perseverancia, la voluntad, la responsabilidad… me trae a la mente a Torres Monreal inmerso en la concepción de las palabras, sin darse cuenta del reflejo en el espejo de ese número que parece representar su todo. Su tiempo invertido en incansables vueltas por las agujas del reloj.

En los primeros versos del poema“A modo de Prólogo” nos lanza:

“He pasado los días entregado

a vagar por las sendas de los otros,

hurgando en los recodos que dejaban susurrantes

las palabras que a sí mismos los llevaron,

o a seres de papel

o a la lluvia, al olvido, al desamor,

al odio, al canto roto,

palabras para hacer volver la vista

y la mente porfiada

a trabajos y días sin retorno

o a rescoldos de fuegos obstinados”.

Nos invita verso a verso, a través de su voz interior, al trayecto por los sentimientos y vivencias, en casi doscientas páginas de “Estancias y reencuentros”. Tengamos en cuenta que se trata de la primera vez que el profesor Torres Monreal publica su poesía. Diría que toda su creación poética completa. Él se definió siempre como un enamorado de la poesía y sus autores, ejemplo de ello su atractivo, ameno e imprescindible libro publicado en Cátedra “Introducción básica a la poesía” que no debemos olvidar.

Sin ninguna duda es y será un reconocido traductor de los poetas franceses. Experto estudioso del poeta Baudelaire, que podría preguntarle desde unos de sus versos, al traductor: “¿Bajas del hondo cielo o emerges del abismo,/ Belleza?.....///…¿Del negro abismo emerges o bajas de los astros?”

Entre tanto Francisco Torres escribe, en el apartado “El jardín de Baudelaire” el poema “Armonía de la tarde (Harmonie du soir)”:

 

“La flor se da en olor

            y se consume

                        como incienso en la brasa.

            A la caída de la tarde

                                   un aire tibio

                                               de notas y perfumes”.

 

Puede que al lector de poesía, acostumbrado a percibirla en el orden y forma establecida, le parezca una rareza, un capricho, o acaso un rompecabezas -en el buen sentido de la palabra- hallar un libro donde se pasa de un poema a un texto en prosa, o a la inversa. Tal sistema, ya es un hecho conocido en el tiempo por algunos autores.

La creatividad es algo que parte de lo más íntimo y solitario de nuestro cerebro: pensar, observar, vivir, recordar… hasta dar con el delgadísimo haz de luz que por un segundo lo encierra todo. El matemático Henri Poincaré escribió “El pensamiento no es más que un relámpago en medio de una larga noche. Pero este relámpago lo es todo”

Así es la poesía ante las sensaciones, los deseos, las estancias o los viajes, nace ante la sorpresa del autor frente al folio y la tinta, el ordenador o la máquina. Torres Monreal nos lleva de la mano y nos presenta lo sentido por él, como si nuestros ojos hubiesen estado en el lugar que ocurrió:

“Confiésame una cosa:

            dime si no has sentido alguna vez

            la tentación

            de abandonar tu porte inmóvil de giganta

            y partir con el río,

            abrazada a sus aguas inconstantes,

            a los juegos del mar y sus arenas.

Confiésalo, si quieres.

            Te guardaré el secreto.”

 

Nos dice Francisco Torres, en uno de los poemas del apartado “Con Notre-Dame”, dándole vida, dialogando, preguntándole y prometiendo, como si de una hermosa dama se tratase, la tan bella y simbólica catedral parisina a orillas del Sena.

La música, la luz, el mar, la naturaleza. La infancia y su pueblo. El monasterio y las sensaciones encontradas. Los viajes.

No perdamos la oportunidad de introducirnos en la poesía de “Estancias y reencuentros”, ni abandonar su lectura hasta ese punto final que “A modo de epílogo” nos entrega la llave que atesora sus secretos.

 

Juana J. Marín Saura.


**Nota: Texto cedido por la autora para La tiza viajera.



Fotografía tomada de Texto publicado en Ababol/ La Verdad 2/07/2022



Portada del libro


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