Leer a contra corriente me gusta. Seguir
el rastro de raras ediciones como exploradora de libros. En diciembre hallé
ilusionada Trascender en la Colección
Visor de Poesía, Madrid-2020,
libro póstumo de Gonzalo Sobejano; 200
páginas al cuidado de Nora Glickman,
que su autor no llegó a ver. Ojear la contraportada del poemario me causó mayor
curiosidad al leer: Gonzalo Sobejano
(Murcia, 1928 - Madrid, 2019). ¿? Sabía con seguridad que Gonzalo había fallecido en Nueva York y
que desde el Departament of Latin
American and Iberian Cultures/ Casa Hispánica//Columbia University NY, se
me había invitado a participar en el Acto homenaje a su memoria. (Aclaro así el curioso error).
Trascender reúne mayormente poemas
desconocidos e inéditos, desde 1950 al 2012, ordenados en tres grupos poéticos:
I Soledades, II Encuentros y III Lejanías.
Adentrarnos en el pensamiento, la observación, los recuerdos, ideas e
ilusiones, viajes y tristezas… de una mente privilegiada, resulta enriquecedor
y apasionante.
“No volverás… Pero tu
luz lejana, / latiente espacio de ese abril ligero, / ya es pura eternidad,
belleza sola”. Tres versos casi visionarios en el
tiempo, ante su marcha. El pasado día 10 de abril se cumplieron dos años de su
fallecimiento. Catedrático de Lengua Española, en Nueva York, ciudad que amaba
profundamente, allí ejerció durante treinta años su profesorado, en la
prestigiosa Columbia University (NY).
A ésta donó Sobejano su magnífica biblioteca,
cuya Casa Hispánica, a día de hoy lleva
su nombre. Considerado uno de los críticos literarios más prestigiosos y respetados
internacionalmente, insigne personalidad del hispanismo internacional supo
ocuparse de todos los géneros literarios, incluidos el teatro y la lírica. Experto
en lenguas, traducción y lecturas filosóficas, estudios narrativos y poesía de autores
nacidos en diferentes épocas. Viajero y anfitrión generoso, creador de puentes
entre unos y otros. Gran amigo del escritor José Luis Castillo-Puche le agradó
pertenecer al patronato de la “Fundación Castillo-Puche”, al que también pertenezco y del que espero se
le haga la mención que merece. Si no de otro modo, en páginas de Hécula revista de la fundación.
“Tarde
lenta. Llueve. / La tarde anochece. / El lunes, la luna / amanece viernes”, del
libro Trascender, poesía de Gonzalo
Sobejano editada por la prestigiosa Visor. Nacido el 10 de enero de 1928 en Murcia, ciudad de su
infancia y adolescencia que permaneció en su memoria y a la que le gustaba
regresar. Filólogo, historiador, ensayista y poeta decía: “Para mí la esencia de la poesía consiste en contemplar la apariencia, descubrir
su verdad y amarla con palabra de amor viva”. Atento, empático, caballeroso de trato impecable,
dónde el respeto, la bondad y la cercanía que irradiaba su imagen, de modo
natural, engrandecían a su interlocutor. Él, que tanto escribió sobre los demás,
jamás se dio importancia. En una de sus cartas, durante nuestra correspondencia
de años me escribe:
NY, 17
de Julio, 2000 / Querida amiga Juana: “… Leí en Rilke, hace mucho tiempo, que un buen homenaje
al poeta era transcribir al lector los versos que éste hubiera deseado escribir”…
Seamos lectores de Trascender y espero… mi querido
profesor que, allá dónde esté le agraden mis palabras casi desnudas al lado de
las suyas.
Juana
J. Marín Saura. |
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